4/26/2003

Paulina Rubio y yo

Veníamos en un camión que parecía como de viaje de estudios de un grupo universitario al regreso de una fiesta. Todos ebrios y drogados. Las chicas con las tetas de fuera (muy buenas tetas por cierto) y entre ellas una Paulina Rubio decadente a más no poder, pero con cierta inocencia en el rostro que se develaría más tarde, cuando platicaba con ella. Nada que ver con la diva mamonserríma con la que me tope una maniana luego de un concierto de reencuentro de Timbiriche, cuando ella esperaba al marido fuera del cajero automático.
Me acercaba a la Rubio y le pedía una entrevista. Una pequenia charla sobre tópicos diversos, nada demiasiado elaborado y asegurandole que no le prenguntaría nada intimo, nada de su marido y su recien aceptada toxico-manía, como en la entrevista que le hiciera el suplemento semanal del diario ABC y que la hace ver bastante mal. Ella al principio se negaba, me daba largas, pero poco a poco comenzaba a convencerla. Al final, aún sin saber si había aceptado o no platicabamos como los grandes amigos que supongo eramos visto que viajabamos juntos en una especie de camión escolar. Despues me ofrecía crack en forma de chocolate que en lugar de fumarse se comía y que para hacerlo efectivo había que beber una infusión extrania.
Ya resulta extranio soniar con la Paulina Rubio y más aún tenerla como amiga, pero, ademas, tenía que sonreir con Odette para conseguir que la llevara a su casa?...
(Cena de pizza con cerveza y más tarde a dormir. Será por ello la pesadilla?)

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